
El vivero
El vivero se inicia con una clara inspiración en los Jardines Naturalistas y el movimiento de las “Nuevas perennes” una invitación que surge de referentes del paisajismo actual, como una respuesta al cambio climático global; es una invitación a mirar la naturaleza y sus ciclos como la gran fuente de inspiración para el paisajismo, a aprender de ella siguiendo sus patrones de adaptación y de vida según el lugar donde estemos, así también nos invitan a valorar la flora nativa, esa que nos aporta identidad local y nos permite proyectar de una manera sustentable nuestras áreas verdes apuntando a disminuir el consumo hídrico y energético, recursos cada vez más escasos.
Nuestro nombre Jardín Mediterráneo se debe a la zona de clima mediterráneo en que vivimos, Chile central es una de las 5 zonas mediterráneas existentes en el planeta donde se suman la cuenca del Mediterráneo, Ciudad del Cabo en Sudáfrica, Perth y Adelaida en Australia y California en EE.UU. Acá queremos propagar especies que se adapten especialmente a este clima en primer lugar y que puedan ser un aporte como oferta para interpretar nuestro propio terruño: sus ritmos, colores y follajes. Nuestro sueño es disponer de plantas que nos permitan interpretar nuestros amplios y variados paisajes y que nos regalen una experiencia de naturaleza cercana, aquella que nos hace sentir en un lugar propio.

El vivero se ha especializado en plantas de flor, la gran mayoría herbáceas -y algunas arbustivas también- estamos convencidos que despertar con flores en nuestros jardines y espacios verdes próximos, nos hace la vida más alegre y nos regala la posibilidad de vincularnos con sus ciclos y lo valioso de ese proceso vital, nos emociona y nos regala experiencias de naturaleza que nos hacen tanto bien.
Este año 2024, nos definimos OCHO líneas de producción base y para cada una de ellas contamos con una variedad de especies y tipos, además una línea de OTRAS HERBÁCEAS que agrupa todas las demás.

Algunas prácticas
En el vivero disponemos de plantas jóvenes en formatos pequeños de producción: macetas de 14 o 15 cm de diámetro de hasta 1,2 L, nuestra mayor preocupación en las etapas de desarrollo de las plantas es su crecimiento radicular, creemos que una planta con raíces jóvenes tiene potencialmente mayor vigor para enfrentar su establecimiento y capacidad de adaptación al lugar definitivo. La idea es que se desarrolle, crezca y florezca en sus lugares de destino para que se adapten a esas condiciones.
Fomentamos el uso de biofertilizantes en el proceso, los que entendemos como alimento para las plantas en un medio de crecimiento artificial como son los contenedores: aminoácidos, ácidos húmicos y fúlvicos como principales ingredientes.
Ocupamos sustrato en base a corteza de pino compostada, buscando sustentabilidad en primer lugar y por otro lado un amplio rango de posibilidades de adaptación a distintos tipos de sustrato en sus lugares de establecimiento definitivos.
Fomentamos el control biológico en el vivero con prácticas como la disposición de especies repelentes y otras especies trampa para insectos que queremos mantener alejadas de la producción, el control preventivo es nuestra principal ocupación para el control de plagas: la inspección visual como eje central para el control y seguimiento del desarrollo de nuestras plantas.

Ocupamos químicos en casos de necesidad extrema para control de plagas o enfermedades, nuestro objetivo principal es la entrega de plantas sanas y vigorosas.
Somos fanáticos de la propagación por semillas, haciendo un x% del total de la producción con este método, sembramos en contenedores que después repicamos a almacigueras y finalmente plantamos en sus maceteros definitivos. Creemos que el desarrollo a partir de una semilla es tal cual lo hace la naturaleza y trae todas las condiciones de desarrollo en esa genética y permite la variabilidad propia de la propagación sexual donde cada planta es única y tiene sus propios mecanismos de adaptación y resiliencia al medio donde se establece, propiciando la biodiversidad de los ecosistemas.
Sobre todo lo anterior, podemos decir que nos encanta lo que hacemos y lo hacemos con mucho entusiasmo y con la convicción de saber que propagamos belleza y experiencias de naturaleza que alegran el alma.